Así es la vida
El semáforo marcó la flecha verde de vuelta a la izquierda, y a media nota del coro de "Maldita Primavera" solté el pedal y pisé el acelerador que me llevaría a la calle donde vivo (una calle muy transitada, por cierto). Disminuí la velocidad al aproximarme hacia el acceso por donde subo mi amado carrillo al improvisado lote de estacionamiento en el que se erigieron las áreas verdes de los edificios.
De pronto, me dí cuenta que la parte de mi improvisado estacionamiento que da a la calle, estaba invadida por 3 libreros de madera, envueltos en plástico, cuyo vendedor trataba de protegerse del sol de las 6 de la tarde bajo las frondosas ramas del ficus que cobija normalmente mi sedán color rojo vino.
Mientras avanzaba en el carro de reversa, aún entonando las notas de la rola en voz de Yuridia, me quedé meditando en la situación del interpelado. Los seres humanos por lo general somos unos ingratos, ya que anhelamos una situación mejor en todo, en el trabajo, en el amor, etc., pero no nos damos cuenta de lo que tenemos al alcance de nuestra mano. Ese señor quizá tenía todo el día sometido a la espera de que algún conductor, interesado en su mercancía, se acercara a él con ánimo de comprar. Todo el día sometido a una quizá vana espera, sin una sombra, un clima, más distractores que la gente que pasaba. Y muchos nos quejamos de la pequeña oficina, del teléfono, del clima demasiado helado, de las alarmas que no suenan, de los jefes intransigentes, etc, pero no nos detenemos a pensar que tenemos muchas cosas por las cuales dar gracias.
A twist of fate
I was driving on my way to work out at the gym, and when I arrived to the place, noticed there were no available space to park. There was a huge blue truck parking almost on the corner, so I thought I could find more space on the gym street. Actually, there was some, but it was actually right there, on the corner. Without thinking it too much, I turned right in terms of parking there, but suddenly I noticed the car wouldn't be parked close to the curb, so I realized an available space between two parked cars half a block on the street I was driving before.
I just parked my car, and crossed the street when I heard this weird noise, and I saw the blue truck moving slowly, as if it had an issue, and the driver didn't feel very confident speeding it up. But there was an old truck right behind it, and it just realized there was no driver at all inside the blue truck. It turned out the old truck hit the blue one in the back, and the momentum transferred made this last vehicle to drift around the place where, if I haven't changed the plans at the last minute, my car would have been.
It is funny how strange this kind of things behaves. Shakespeare said once, "fate is he who deal the deck of cards, but we are the ones who play with them." Are we architects of our own destiny, or we're subject of its strange will? I cannot say it concisely. Many have been the times where it seems like things were meant to be, but then my mind shows me those moments where decisions have been the cause things happened. Anyway, whatever which it was, it saved my wine red baby to be hit by accident.
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